Santa Cruz es el barrio más famoso y visitado de Sevilla. Su localización en el extremo sudeste de la ciudad, pegado a los muros del Alcázar, rodeado por los monumentos principales de Sevilla y su características calles estrechas y románticas lo justifican.

Es imposible resistirse al encanto de este barrio de callejuelas sinuosas, pintorescas casas encaladas, preciosos patios floridos apenas visibles y recoletas plazuelas. Están dispuestas de manera que los edificios impidan el paso de los rayos del sol, y la anchura que tienen era la justa para que pasara un burro con dos aljibes. Los múltiples bares, terrazas y pequeñas tiendas típicas añaden a su encanto.

Historia

Barrio judío durante la Edad Media, gozó de la protección de la Corona después de la Reconquista, pero a finales del siglo XIV fue asaltado por los cristianos, que transformaron todas las sinagogas en iglesias. Cuando pasee por este barrio creerá estar viajando en el tiempo...

El Mito de Don Juan, tuvo lugar en el Barrio Santa Cruz, al igual que gran parte de las historias del Barbero de Sevilla o Carmen.

El entorno del Barrio de Santa Cruz

En los alrededores del Barrio de Santa Cruz encontramos lugares de interés como los Jardines de Murillo, dedicados al pintor sevillano y declarados recientemente como como Bien de Interés Cultural, con la categoría de Jardín Histórico.

Otro de los lugares a destacar sería el Patio de Banderas formado por un caserío adosado a las murallas del Alcázar. Desde el Patio de Banderas se puede contemplar una soberbia vista de la Giralda y Catedral que destaca sobre las murallas del Alcázar y que nos conduce a la Plaza del Triunfo.

Por último se encuentran los monolitos romanos, que junto con los restos del acueducto, representan unos de los pocos restos auténticos de la época Romana, cuando Sevilla se llamaba Hispalis. Se cree que estas columnas formaban parte del impresionante templo a la diosa Diana.

Un paseo interesante

Un paseo por el barrio de Santa Cruz podría empezar por el arco de la Judería (un callejón cubierto que sale del patio de Banderas) siguiendo el Callejón del Agua, que pasa junto a la muralla. 

O bien, saliendo de este mismo patio, tomando inmediatamente a la derecha la calle Romero Morube; es quizás menos teatral, pero también muy agradable.

Bordeando la muralla del Alcázar se llega hasta la Plaza de la Alianza, que, atravesándola, continua por el Callejón de Rodrigo Caro, que da a la plaza de Doña Elvira, una de las más típicas del barrio con bancos de azulejos y una fuentecilla de piedra a la sombra de los naranjos.

Luego, por la Calle Gloria, se llega a la coqueta Plaza de los Venerables, donde se encuentra el hospital que le da nombre. De día o de noche, no se cansará de contemplar este auténtico milagro de armonía...